POESÍA JAPONESA
Amarte es ver un atardecer es sentir la noche hablar de amores entre luna y estrellas. Amarte es enamorarme
Te llevo en el bolsillo trasero del vaquero allí detrás de la pantalla del móvil estás tú siempre vienes conmigo
Flor carmesí regálame tu aroma la mece el aire ¡Ay! frágil amapola pétalos vuelan
¡Oh! ¡Cuánto te amo! Estoy loca por ti muero cada vez que te veo venir cuando me sonríes me haces estreme… llegas a mí,
Aquel verano mirando el mar turquesa, pensaba en ti. La noche aquella se unió la mar y el cielo,
Suena la música la orquesta toca jazz. Canción de luna de una ciudad rendida, al swing tan lleno de alma.
Esa sonrisa que está en mi cara pálida, es tuya amor. Alados brazos abrazan esas almas,
La sombreada calle, apenas transitada, me llevaba al final del pueblo. Me encantaba ver las flores que brotaban en primavera como por arte de magia. La hierba cubría el campo, salpicada...
Esa pasión que me cegó por ti me llevó al cielo. Amén, amén te digo amada mía
Veo MI reflejo en su iris el amor sale de mis ojos y se mete en los suyos su boca se acerca a la mía besos fundidos
En la noche oscura a veces brilla una luz, un rayo pequeño que te hace sonreír. El titilar de una estrella;
Hay en el lago aroma a flor de loto. Llega a mi barca. Un nuevo día trae la primavera.
Me sobran los momentos en que una semana parecen dos la larga espera en el andén donde las caricias no se cuentan donde los abrazos se hacen eternos…
Sudor y lágrimas en las minas rojizas. Color de estío. Mirando al Teide sueños de amor azul.
mi cerebro está caliente, mi cuerpo está caliente, toda yo estoy caliente, lo que necesitas es un buen polvo, una buena salida, llevas meses sin ir a ningún sitio–, miré a mi amiga de m...