Cargando...

Inútilmente.

La metáfora ha perdido los pies
después de tanto andar por mi ciudad y mi tristeza.
Alguien ha dicho cosas redondas sobre un perro
o un álamo, pero ya no es posible la salvación
metafórica del mundo. Acaso la epifanía
del alcohol que cruza nuestras venas
se ha aproximado alguna vez a este leve caminar
sin rumbo buscando la imagen de lo afable;
a duras penas nos ha llegado hacia abajo,
y hacia el fondo y ha sido hermoso creer en las cosas
hasta no prescindir jamás
de su incorporación a nuestro olvido recíproco.
 
Para nada sirvió que urdiéramos excusas
para el pasado, y que volviéramos
de repente desnudos a una fiesta. La metáfora
perdía los pies persiguiendo la duración del tiempo
en un metro de París,
persiguiendo a muchachas de ojos caleidoscópicos
que cantaban los Beatles. El amor
y el mundo nos reclamaron para asaltar sin retórica
la ilusión que florecía en nuestros zapatos,
y sólo pudimos tirar por la ventana,
                  muy inútilmente,
los poemas de algún hombre de nuestro tiempo.
 
La metáfora ha perdido los pies
y me pregunto si es así posible
que nos pertenezca el temblor de los días
o la nube levantada sobre nosotros
lo muchísimo que amamos aún a la madre.
 
Nuestra indolencia cree
al amor inválido de lo absurdo.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Andrés García Cerdán...



Top