SOY EL BUEN PASTOR
Desde la cruz, ya vuelvo a mi camino
Por las gentiles calles de Judea
—tal vez, la gente humilde al fin me vea—
la puerta soy, la llave y el destino.
Un lar glorioso ofrezco al peregrino
y al Dios veraz predico en la platea;
y a todo aquel hermano que en mi crea
el pan de vida doy, también mi vino.
Mi yugo es leve, grande mi salario;
tan sólo pido amor, no sacrificio,
—reniego a que padezcan mi calvario—
Juntar a las ovejas es mi OFICIO
y proclamar un nuevo aniversario.
Yo vivo para siempre y Soy PROPICIO
Y dejo mi sangrar a tu servicio
y en cada corazón un relicario.
