¿Has sentido alguna vez que, aunque el día esté hermoso, debes quedarte en la cama? No por flojera, no por odio al sol, por sentir que levantarte es por compromiso, sintiendo que, si te quedas en la cama durmiendo, no le debes nada a nadie.
¿Te has quedado mirando por la ventana, mirando los arboles moverse, contorsionarse con el viento y sentir que no estás en el lugar que debes? ¿Que no estás haciendo las cosas bien desde el lugar donde observas este panorama?
¿Has sentido alguna vez ese vacío, tan denso y profundo que asumes que estará ahí por siempre? ¿Que, aunque pasen muchos años eso quedará como concreto?
¿Has sentido que, en cámara lenta, en algún lugar de tu cuerpo, un pilar que dejaba todo estático se cae? ¿qué intentas agarrar esos trozos de sentimientos, los unes y ya no encajan? ¿Ya no cuadra, ya no funciona?
A veces siento que no puedo seguir sin ti, que corres y no me esperas, que te vas y me olvidas, que me dejas en el cemento y te unes al viento que hace moverse al árbol que observo triste desde la ventana.
Yo me he sentido así, y se siente como la mierda.