Despertó, después de una
noche intensa, en su rostro
se dibujaba la felicidad
de aquel momento, recorrió
su cuerpo con sus dedos,
tal cual lo hizo su amor nocturno,
su amante, la carne ardiente
que la abrazó por la noche...
Sonrió.
Recordó, lo que fue sentirlo
dentro, tan adentro que hasta
su alma se sintió acariciada,
y no fue una ficción ni
algo inventado por su mente,
fue real, como real eran
las muestras dejada por aquellas
manos que la acariciaron...
Sonrió.
Se activó su volcán nuevamente,
su carne comenzó a arder,
los deseos de tenerlo
junto a ella se acrecentaron,
quería volver a vivir,
ese fantástico momento.
Pero él, ya no estaba,
solo su olor había quedado
impregnado en sus sabanas,
Se entristeció
Quería nuevamente ser amada,
quiso tenerlo en su cama,
se abrazó a su almohada,
ya no sonreía... Lloraba.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile