Del nicho helado en que los hombre… te bajaré a la tierra humilde y so… Que he de dormirme en ella los hom… y que hemos de soñar sobre la mism… Te acostaré en la tierra soleada c…
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
Un hombre que cultiva su jardín, c… El que agradece que en la tierra h… El que descubre con placer una eti… Dos empleados que en un café del… El ceramista que premedita un colo…
En el bosque, de aromas y de músic… la magnolia florece delicada y lig… cual vellón que en las zarpas enre… o cual copo de espuma sobre lago s… Es un ánfora digna de un artífice…
Educar es lo mismo que poner motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar… …y poner todo en marcha. Para eso, uno tiene que llevar en…
Escuela hermosa y divina Hoy vengo a decirte adiós Mi curso ya se termina Y eso me quiebra la voz Me voy en el alma rota
¿Qué os hice yo, mujer desventurad… que en mi rostro, traidores, escup… de la infame calumnia la ponzoña y así matáis a mi alma juvenil? ¿Qué sombra os puede hacer una ins…
Mis ojos de plaza pública Mis ojos de silencio y de desierto El dulce tumulto interno La soledad que se despierta Cuando el perfume se separa de las…
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fi...
La calavera, el corazón secreto, los caminos de sangre que no veo, los túneles del sueño, ese Proteo, las vísceras, la nuca, el esquelet… Soy esas cosas. Increíblemente
La noche / 1… No consigo dormir. Tengo una muje… La noche / 2… Arránqueme, Señora, las ropas y l… La noche / 3…
Mata su luz un fuego abandonado. Sube su canto un pájaro enamorado. Tantas criaturas ávidas en mi sile… y esta pequeña lluvia que me acomp…
Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cie… lo que estaba dormido sobre tu alm… Es en ti la ilusión de cada día.
Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveola jitanjáfora liris salumba salífera Olivia oleo olorife
Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía,
Todas íbamos a ser reinas, de cuatro reinos sobre el mar: Rosalía con Efigenia y Lucila con Soledad. En el valle de Elqui, ceñido
Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al d… se tiene al que cabalga en el cuad… y al del coche que empuja la insti… y al niño gringo que carga la crio…
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la...
Hojas del árbol caídas juguetes del viento son: ¡Las ilusiones perdidas ¡ay! son hojas desprendidas del árbol del corazón!
Si quisieras oír lo que me digo en… el rubor de tu rostro sería la rec… Son palabras tan íntimas como mi p… que padece el dolor de tu implacab… Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un…
Miradme aquí, clavada en una silla, escribiendo una carta a las paloma… Miradme aquí, s que ahora podéis mirarme.
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacer...
Yo la amé, y era de otro, que tamb… Perdónala Señor, porque la culpa… Después de haber besado sus cabell… nada importa la culpa, pues no imp… Fue un pecado quererla, Señor, y,…
—Tío Pío, en el cole me han pedido que escriba una poesía a la prima Primavera. ¿Tú quieres que te la lea,
Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde,
Una mora de Trípoli tenía Una perla rosada, una gran perla: Y la echó con desdén al mar un día… —«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa… Pocos años después, junto a la roc…
En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y sonreír. Con mis ojos veo todo,
«Dibujo tu perfil del faro a las m… Luz de alucinaciones son tus ojos… El mar salta en las piedras y mi a… El sol se hunde en el agua y el ag… Eres casi de sueño. Eres casi de…
Según díceres públicos doña Pánfa… O pudiera ser víctima de apoplétic… Su exorbitante estómago era el más… Fenómeno volcánico su incesante ja… Sus fámulos y adláteres la apodaba…
Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores, casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo qu...
¿Quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos? Ellos se toman de la mano: algo ha… entre sus dedos, lenguas dulces lamen la húmeda palma, corren por…
Viendo a Garrik—actor de la Ingla… el pueblo al aplaudirle le decía: «Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz...» Y el cómico reía.
El infierno de Dios no necesita el esplendor del fuego. Cuando el… Universal retumbe en las trompetas y la tierra publique sus entrañas y resurjan del polvo las naciones
Cuerpo de mujer, blancas colinas,… te pareces al mundo en tu actitud… Mi cuerpo de labriego salvaje te s… y hace saltar el hijo del fondo de… Fui solo como un túnel. De mí huí…
La rosa, la inmarcesible rosa que no canto, la que es peso y fragancia, la del negro jardín en la alta noc… la de cualquier jardín y cualquier…
Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña. No las ávidas calles, incómodas de turba y ajetreo, sino las calles desganadas del bar…
Mira gaucho salvajón que no pierdo la esperanza y no es chanza de hacerte probar que cosa es «Tin Tin y Refalosa»
Azul de aquella cumbre tan lejana hacia la cual mi pensamiento vuela bajo la paz azul de la mañana, ¡color que tantas cosas me revela! Azul que del azul del cielo emana,
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendi… porque nunca me diste ni esperanza… ni trabajos injustos, ni pena inme… porque veo al final de mi rudo cam… que yo fui el arquitecto de mi pro…
el comienzo el cimiento la simiente
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
Si supieras, si sólo una milésima, si sólo un pedacito, un lado de mí misma conocieras sabrías que estoy hecha de ciruela…
Tu cabellera tiene más años que mi… Pero sus ondas negras aun no han h… Y tu mirada es buena para quitar l… Y tu palabra es música que al cora… Tu mano fina y larga de Belkis, m…
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda… Fosforece la luna sobre las aguas… Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes…
Partir en cuerpo y alma partir. Partir deshacerse de las miradas
Yo quiero ser llorando el hortelan… de la tierra que ocupas y estercol… compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento…
1. Es tiempo de que vuelvas: es tiempo de que tornes... No más de insano amor en festines, con mirto y rosa y pálidos jazmine… tu pecho varonil, tu pecho exornes…
Si nos hundimos antes de nadar no soñarán los peces con anzuelos, si nos rendimos para no llorar declarará el amor huelga de celos. La primavera miente y el verano
Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conserva...
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria
El Cid se dirige contra tierras d… Aquí se empieza el poema de Mío C… Ya ha poblado Mío Cid aquel puert… se aleja de Zaragoza y de las tier… atrás se ha dejado Huesca y el cam…
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
Son de abril las aguas mil. Sopla el viento achubascado, y entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil. Agua y sol. El iris brilla.
Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana… en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la maña… El dueño fui de mi jardín de sueño…
Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, p...
El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por ...
He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he… feliz. Que los glaciares del olvid… me arrastren y me pierdan, despiad… Mis padres me engendraron para el…
En la honda noche universal que apenas contradicen los faroles una racha perdida ha ofendido las calles taciturnas como presentimiento tembloroso
Yo tengo para ti mi buen amigo un corazón de mango del Sinú oloroso genuino amable y tierno
Érase un búho, dechado de egoísmo el más perfecto, de todo siempre esquivado, cual si diera resfriado su agrio, antipático aspecto.