Si quisieras oír lo que me digo en… el rubor de tu rostro sería la rec… Son palabras tan íntimas como mi p… que padece el dolor de tu implacab… Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un…
Zeus no podría desatar las redes de piedra que me cercan. He olvida… los hombres que antes fui; sigo el… camino de monótonas paredes que es mi destino. Rectas galerías
Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y de las… Por la diversidad de las criaturas Que forman este singular universo, Por la razón, que no cesará de soñ…
Que otros se jacten de las páginas… a mí me enorgullecen las que he le… No habré sido un filólogo, no habré inquirido las declinacion… la de que se endurece en te,
Es preciso que levantes el brazo d… porque quiero llevar de ti un recu… Quiero saber que dejo sembrada en… tu mano. Tu mano que al viento crezca recor…
Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es
Cuando tú te quedes muda, cuando yo me quede ciego, nos quedarán las manos y el silencio. Cuando tú te pongas vieja,
Desmayarse, atreverse, estar furio… áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y…
Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual
Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós via… el viento las sacude con sus viaje… Innumerable corazón del viento
El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar
He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he… feliz. Que los glaciares del olvid… me arrastren y me pierdan, despiad… Mis padres me engendraron para el…
LA QUE ME VIO CRECER LA QUE ME VIO MADURAR ESTAS AULAS NO LAS PO…
3. Desdichado el pobre en espíritu… 4. Desdichado el que llora, porque… 5. Dichosos los que saben que el s… 6. No basta ser el último para ser… 7. Feliz el que no insiste en tene…
Viendo a Garrik—actor de la Ingla… el pueblo al aplaudirle le decía: «Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz...» Y el cómico reía.
La calle se llenó de tomates, mediodía, verano, la luz
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda… Fosforece la luna sobre las aguas… Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes…
... En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo,...
Mira gaucho salvajón que no pierdo la esperanza y no es chanza de hacerte probar que cosa es «Tin Tin y Refalosa»
Cuando me miras mis ojos son llaves, el muro tiene secretos, mi temor palabras, poemas. Sólo tú haces de mi memoria
Felices los normales, esos seres e… Los que no tuvieron una madre loca… Una casa en ninguna parte, una enf… Los que no han sido calcinados por… Los que vivieron los diecisiete ro…
En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas. El tabler… los demora hasta el alba en su sev… ámbito en que se odian dos colores… Adentro irradian mágicos rigores
El olvido no es victoria sobre el mal ni sobre nada y si es la forma velada de burlarse de la historia para eso está la memoria
En l patio un pájaro pía, como el centavo en su alcancía. Un poco de aire su plumaje se desvanece en un viraje. Tal vez no hay pájaro ni soy
Mirar el río hecho de tiempo y agu… y recordar que el tiempo es otro r… saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el ag… Sentir que la vigilia es otro sueñ…
Mata su luz un fuego abandonado. Sube su canto un pájaro enamorado. Tantas criaturas ávidas en mi sile… y esta pequeña lluvia que me acomp…
Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña. No las ávidas calles, incómodas de turba y ajetreo, sino las calles desganadas del bar…
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
Antes de entrar en el desierto los soldados bebieron largamente e… Hierocles derramó en la tierra el agua de su cántaro y dijo: Si hemos de entrar en el desierto,
Cuando tus manos salen, amor, hacia las mías, qué me traen volando? Por qué se detuvieron en mi boca, de pronto,