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Era coja la niña. Y aquella su cojera era como un ondulamiento
Para que tú no veas las rosas que haces crecer, cubro mi cuerpo de cenizas... De ceniza parezco toda, yerta y gris a la distancia; pero, aun así, cuando pasas cerca, tiemblo de que me d...
De amar mucho tienes la palabra qu… De amar mucho dejas amor en torno…
Viendo volar las criaturas que el Hacedor dotó de semejante privilegio, el alma se me llena de esos celos obscuros que se dan muchas veces entre hermanos. Pienso que hay tantas alas en ...
Madre imposible: Pozo cegado, ánf… catedral sumergida... Agua arriba de ti... Y sal. Y la… luz del sol que no llega a alcanza… de tu pecho no pasa; en ti choca y…
Donde tú estás, están la paz y el… No más noches de lluvia ni alborad… Tus fríos pies están fuera del mun… se quedaron colgando por el borde del mundo... Y en tus manos, siemp…
Ni con guirnaldas de rosas deseo s… No he de poner un dedo sobre ti; m… Si he de bajar hasta la entraña de… De sueños resoñados pude vivir has…
Muchas cosas me dieron en el mundo…
Al atardecer iré con mi cántaro azul al río, para recoger la última sombra del paisaje mío. Al atardecer el agua
María salió temprano esta mañana a visitar a su prima Isabel. El huerto de la prima no está lejos, ella puede verlo desde el suyo, bordeando el altozano de las cabras, al pie de un bosq...
En mi jardín hay rosas: Yo no te quiero dar las rosas que mañana... Mañana no tendrás. En mi jardín hay pájaros
Como una guerra civil, como una rebelión sordamente contenida, el dolor ha estallado en alguna parte de mi tiempo sin darme tiempo a huir, cogida por sorpresa entre su furia. Se presen...
Con mi cuerpo y con mi alma he pod… Mi alma era rebelde y, como los do… Pero la hice al fin saltar aros de… Mi cuerpo fue más dócil. En reali… No acerté a hacerlo; pero ahora, e…
Todo lo que era monte aquí, en est… Todo lo que era flor está cantado;… Se sabe el color de mi primera mar… Contado se han los milenios que me… Los sabios dieron nombres a mis va…
Siempre, amor: Por arriba del beso que fué comida de gusanos y de la rosa que se pudre, cada mañana azul, en la caja del m…