(1939)
#EscritoresMexicanos
Van los soldaditos llenos de valor mas al marchar olvidaron que hay que tener tambor; pero como el batallón necesita algún tambor,
Hay un castillo en las nubes, ¡te juro!, de belleza tal que nunca igual pudo haber más puro.
¡Quién va por la oscuridá?... ¡Ea… La noche cayó, por todas partes sólo hay oscuridá… la noche cayó, y ya no vemos para dónde caminar.
Escondida por los rincones, temerosa de que alguien la vea, platicaba con los ratones la pobre muñeca fea. Un bracito ya se le rompió,
Les contaré la historia muy triste de recordar, que trata de un negrito con cara angelical; pero según memoria
Don Perfidio Malaentraña, hechicero de postín, como los de su calaña es malvado, bajo y ruin. En las sombras de la noche,
Dando, dando de vueltas, los caballitos del carrousel saltan repiqueteando su cascabel. Patos, perros y gatos,
Con su garrote, con su morral, viene un conejo por el trigal. Animalejo, ven hacia acá, ¡hola, conejo! ¿cómo te va? Conejito, ¿Cómo te llamas
Chinito, sería feliz con las cosas de tu país: prenden farolitos, comen con palitos, tienen chata la nariz.
El burrito está llorando... ¿Qué le pasa? ¿Qué le duele? ¡Si será que va a enfermar! El burrito está llorando... ¡Pobrecito! En la escuela
Afuera de su cabaña, ya casi al amanecer, una negrita pequeña tenía el capricho de ver, de ver brillar en el cielo
La torre negra crece a media noche cuando el búho canta, uh... uh... uh... Vuelan las Brujas
Chonita tiene un cotorro que es el tormento de su corazón; le dice: “Vidita, mi cielo, mi rorro, mi güero, ¡mi dulce pasi…
Van los novios en camino a la iglesia del lugar: son dos blancas palomitas que se van a casar. La paloma es preciosa
Era un chivo en bicicleta sin saber andar. Contra la banqueta el manubrio fue a clavar. “¡Que se cae, que se cae,