Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
The cloisters Camino por los claustros —piedra y columnas— recordando al orgulloso unicornio que no quiso subir al Arca de Noé
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—
Solo como Borges en el fondo de la rosa torturado por báculos de plata espejos laberintos
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
Tras las ventanas que tamizan la luz del sol que muere aguardaba el amor de un joven fauno, su ternura despiadada,
Esa mentira inmensa que es Nueva York quema mis labios a la medianoche cuando flamean las cabezas derriba… en cada piedra de la ciudad
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
La memoria es una tumba abierta donde puedo enterrar la piedad por mí misma, mientras un felino se desliza muy suave
Amo mi casa por sus cuatro viejos costados llena de voces y ruidos: casa de adobe y machihembre que se queja por la noche
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
En medio del invierno pensativo Manhattan seguía siendo en mi cabeza sólo una canción, para recordar a un hombre.