#EscritoresMexicanos
Padre viejo y triste, rey de las d… son en mi camino focos de una luz… tus pupilas mustias, vagas de pens… y el límpido y noble marfil de tu… Flota, como el tuyo, mi afán entre…
Y vi las sombras de los que fueron… en sus sepulcros, y así clamaron: «¡Ay, de los vientres que concibie… ¡Ay, de los senos que amamantaron!… II
La muerte nada quiere con los tris… Subrepticia y astuta, aguarda a que riamos para abrirnos la tumba y, con su dedo trágico, de pronto
Inútil es tu gemido: no la mueve tu dolor. La muerte cerró su oído a todo vano rumor. En balde tu boca loca,
Entre el dudoso cortejo de sombras, peregrinando voy una sombra buscando. En el místico reflejo de la noche constelada
Bien sé, devota mujer, cuando te contemplo en tus fervores y celo arder, que no me puedes querer como quieres a Jesús.
Había un ángel cerca de mí, mas no le vi... Posó las plantas maravillosas entre las zarzas de mi erial, y yo, en tanto, estaba viendo otras…
¿Y por qué no ha de ser verdad el… ¿Qué trabajo le cuesta al Dios qu… el tul fosfóreo de las nebulosas y que traza las tenues pinceladas de luz de los cometas incansables
Grabó sobre mi faz descolorida su Mane Thecel Phares el Dios fu… y me agobian dos penas sin medida: un disgusto infinito de la vida, y un temor infinito de la muerte.
Yo no debo irme: tengo que esperar hasta que la muerte venga a llamar… ¡Tengo que esperar! ¡Cuánto tarda, cuánto!... Pero el tiempo corre
Perdí tu presencia, pero la hallaré; pues oculta ciencia dice a mi conciencia que en otra existencia
¡No te amaré! Muriera de sonrojos antes bien, yo que fui cantar mald… de blancas hostias y de nimbos roj… yo que sólo he alentado los antojo… de un connubio inmortal con lo inf…
¿Por qué permaneciste siempre sord… ¡Dios sabe cuántas veces, con amor… te busqué en las tinieblas, sin po… Hoy —¡por fin!—te recobro: todo, p… cierto...
La ardilla corre. La ardilla vuela. La ardilla salta como locuela. —Mamá, la ardilla