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De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
¡Qué esfuerzo! ¡Qué esfuerzo del caballo por ser… ¡Qué esfuerzo del perro por ser go… ¡Qué esfuerzo de la golondrina por… ¡Qué esfuerzo de la abeja por ser…
Salen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo
Cuernos de oro y ojos verdes. Sobre el acantilado, en tropel gigantesco, ilustran el azogue
Cuando llegue la luna llena iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago, en un coche de agua negra. Iré a Santiago.
En la casa blanca, muere la perdición de los hombres. Cien jacas caracolean. Sus jinetes están muertos. Bajo las estremecidas
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Se tendió la vaca herida; árboles y arroyos trepaban por sus… Su hocico sangraba en el cielo. Su hocico de abejas bajo el bigote lento de la baba.
Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas
¡Alto pinar! Cuatro palomas por el aire van. Cuatro palomas vuelan y tornan. Llevan heridas
Camina Don Boyso mañanita fría a tierra de moros a buscar amiga. Hallóla lavando
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
Cuatro granados tiene tu huerto. (Toma mi corazón nuevo.) Cuatro cipreses
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,