#EscritoresChilenos
Los amores del sacristán son dulces como la miel, amor que no se deseda no puedo, vida, vivir con él.
Ya me voy a separar apiádate, corralero, pero tú, precioso cielo, me has pagado con vengar. Yo tengo seguridad
Que vivan los estudiantes Jardín de nuestra alegría Son aves que no se asustan De animal ni policía. Y no le asustan las balas
Quisiera tener cien pesos pa´ buscarme un amorcito, porque de balde no hay caso que me quieran un poquito. Quién tuviera, señores,
Huyendo voy de tus rabias temiendo de tus enojos, llorándote a cada instante cansados traigo los ojos. Cansados traigo los ojos
En los jardines humanos que adornan toda la tierra pretendo de hacer un ramo de amor y condescendencia, pretendo de hacer un ramo
Me mandaron una carta por el correo temprano. En esa carta me dicen que cayó preso mi hermano y, sin lástima, con grillos,
Qué pena siente el alma cuando la suerte impía se opone a los deseos que anhela el corazón. Qué amargas son las horas
¿Qué he sacado con la luna que los dos miramos juntos? ¿Qué he sacado con los nombres estampados en el muro? Como cambia el calendario,
A dónde vas, jilguerillo, con ese abreviado vuelo, anda y llévale un suspiro a la imagen de mi dueño. Andate de rama en rama
Ya llegó tu medio amante que medio andaba perdido. Medio te viene a buscar porque medio te ha querido. Medio arrepentido vengo.
Tengo una petaquita para ir guardando las penas y pesares que estoy pasando. Pero algún día,
Gracias a la vida que me ha dado t… me dio dos luceros que, cuando los… perfecto distingo lo negro del bla… y en el alto cielo su fondo estrel… y en las multitudes al hombre que…
En un carro de olvido, antes del aclarar, de una estación del tiempo, decidido a rodar, Run—Run se fue pa’l norte,
Una naranja me dieron, a mi dos me la quitaron, entre tres la arrebataron, cuatro por mí se opusieron, cinco la vida rindieron,