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Cuatro granados tiene tu huerto. (Toma mi corazón nuevo.) Cuatro cipreses
Tú querías que yo te dijera el secreto de la primavera. Y yo soy para el secreto lo mismo que es el abeto. Árbol cuyos mil deditos
Yo sé que mi perfil será tranquilo en el norte de un cielo sin reflej… Mercurio de vigilia, casto espejo donde se quiebre el pulso de mi es… Que si la yedra y el frescor del h…
Cayó una hoja y dos y tres. Por la luna nadaba un pez. El agua duerme una hora
En el gris, el pájaro Griffón se vestía de gris. Y la niña Kikirikí perdía su blancor
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo
El mariquita se peina en su peinador de seda. Los vecinos se sonríen en sus ventanas postreras. El mariquita organiza
La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido
¡Fita aquel branco galán, olla seu transido corpo! É a lúa que baila na Quintana dos mortos. Fita seu corpo transido,
En la casa blanca, muere la perdición de los hombres. Cien jacas caracolean. Sus jinetes están muertos. Bajo las estremecidas
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra