#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
¡Qué trabajo me cuesta dejarte marchar, día! Te vas lleno de mí, vuelves sin conocerme. ¡Qué trabajo me cuesta
La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas
Era mi voz antigua ignorante de los densos jugos amar… La adivino lamiendo mis pies bajo los frágiles helechos mojados… ¡Ay voz antigua de mi amor,
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Altas torres. Largos ríos. Hada Toma el anillo de bodas que llevaron tus abuelos.
A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tard… Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
En la noche del huerto, seis gitanas, vestidas de blanco bailan. En la noche del huerto,
Quiero dormir el sueño de las manz… alejarme del tumulto de los cement… Quiero dormir el sueño de aquel ni… que quería cortarse el corazón en… No quiero que me repitan que los m…
Eran tres. (Vino el día con sus hachas.) Eran dos. (Alas rastreras de plata.) Era uno.
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
Suben por la calle los cuatro galanes. Ay, ay, ay, ay. Por la calle abajo van los tres galanes.