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Amor, amor que está herido. Herido de amor huido; herido, muerto de amor.
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Sin encontrarse. Viajero por su propio torso blanco… Así iba el aire. Pronto se vio que la luna era una calavera de caballo
Así te vi La joven muerta en la concha de la cama, desnuda de flor y brisa surgía en la luz perenne.
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
De la cueva salen largos sollozos. (Lo cárdeno sobre lo rojo.) El gitano evoca
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Los días de fiesta van sobre ruedas. El tío-vivo los trae, y los lleva. Corpus azul.
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo
Teta roja del sol. Teta azul de la luna. Torso mitad coral, mitad plata y penumbra.
Mi niña se fue a la mar, a contar olas y chinas, pero se encontró, de pronto, con el río de Sevilla. Entre adelfas y campanas
Camina Don Boyso mañanita fría a tierra de moros a buscar amiga. Hallóla lavando