A Ribeiro Couto
#EscritoresChilenos
Ya tumbó el viento extranjero los costados de mi casa. Llegó como la marca manchado y fétido de algas y ya encontró y aventó
Ahora, Cristo, bájame los párpado… pon en la boca escarcha, que están de sobra ya todas las ho… y fueron dichas todas las palabras… Me miró, nos miramos en silencio
Este día ya no digas mas, que me la sigo viendo y se me van a quedar en los ojos veinte cerros. ¡Es la Patrona Blanca
Lago Llanquihue, agua india, antiguo resplandor terrestre, agua vieja y agua tierna, bebida de vieja gente, agua fija como el indio
¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo qu… y mío, allá en los días del éxtasi… en los que hasta mis huesos tembla… y un ancho resplandor creció sobre… Decía: ¡un hijo!, como el árbol co…
Los astros son ronda de niños, jugando la tierra a espiar... Los trigos son talles de niñas jugando a ondular..., a ondular... Los ríos son rondas de niños
Ha bajado la nieve, divina criatur… el valle a conocer. Ha bajado la nieve, mejor que las… ¡Mirémosla caer! Viene calla—callando, cae y cae a…
Niñita de pescadores que con viento y olas puedes, duerme pintada de conchas, garabateada de redes. Duerme encima de la duna
Ya se acabaron las noches del verano que Dios hizo. No hizo el amoratado invierno que escarcha nidos, que traba pies de perdices
La mujer que no mece a un hijo en… cuyo calor y aroma alcance a sus e… tiene una laxitud de mundo entre l… todo su corazòn congoja inmensa ba… El lirio le recuerda unas sienes d…
¿Y nunca, nunca más, ni en noches… de temblor de astros, ni en las al… vírgenes, ni en las tardes inmolad… ¿Al margen de ningún sendero pálid… que ciñe el campo, al margen de ni…
Del nicho helado en que los hombre… te bajaré a la tierra humilde y so… Que he de dormirme en ella los hom… y que hemos de soñar sobre la mism… Te acostaré en la tierra soleada c…
Día, día del encontrarnos, tiempo llamado Epifanía. Día tan fuerte que llegó color tuétano y ardentía, sin frenesí sobre los pulsos
El Ixtlazihuatl mi mañana vierte; se alza mi casa bajo su mirada, que aquí a sus pies me reclinó la… y en su luz hablo como alucinada. Te doy mi amor, montaña mexicana;
La casa blanca de cien puertas brilla como ascua a mediodía. Me la topé como a la Gracia, me saltó al cuello como niña. La patria no me preguntaron,