#1924 #Canciones #EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27
El niño busca su voz. (La tenía el rey de los grillos.) En una gota de agua buscaba su voz el niño. No la quiero para hablar;
Yo me alivié a un pino verde por ver si la divisaba, y sólo divisé el polvo del coche que la llevaba. Anda jaleo, jaleo:
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Naranja y limón. ¡Ay de la niña del mal amor! Limón y naranja. ¡Ay de la niña,
Hay dulzura infantil En la mañana quieta. Los árboles extienden Sus brazos a la tierra. Un vaho tembloroso
Eran tres. (Vino el día con sus hachas.) Eran dos. (Alas rastreras de plata.) Era uno.
Cantan los niños En la noche quieta: ¡Arroyo claro, Fuente serena! LOS NIÑOS
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.
Yo pronuncio tu nombre en las noches oscuras, cuando vienen los astros a beber en la luna y duermen los ramajes
Las alegres fiebres huyeron a las… y el judío empujó la verja con el… de la lechuga. Los niños de Cristo dormían, y el agua era una paloma,