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En la casa se defienden de las estrellas. La noche se derrumba. Dentro, hay una niña muerta con una rosa encarnada
Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilo… y golpeaba el trasero de los monos… Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los ped…
De la cueva salen largos sollozos. (Lo cárdeno sobre lo rojo.) El gitano evoca
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos
Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientr… Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dient… Mil caballitos persas se dormían
¡Oh, qué grave medita la llama del candil! Como un faquir indio mira su entraña de oro y se eclipsa soñando
Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas
Verde rumor intacto. La higuera me tiende sus brazos. Como una pantera, su sombra, acecha mi lírica sombra. La luna cuenta los perros.
Rosa futura y vena contenida, amatista de ayer y brisa de ahora… ¡quiero olvidarlas! Hombre y pez en sus medios, bajo c… esperando en el alga o en la silla…
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
La canción, que nunca diré, se ha dormido en mis labios. La canción, que nunca diré.