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Amanecía en el naranjel. Abejitas de oro buscaban la miel. ¿Dónde estará
Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos
La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros
Teta roja del sol. Teta azul de la luna. Torso mitad coral, mitad plata y penumbra.
Se trajo en el corazón un pez del Mar de la China. A veces se ve cruzar diminuto por sus ojos. Olvida siendo marino
Crótalo. Crótalo. Crótalo. Escarabajo sonoro. En la araña
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Yo te miré a los ojos cuando era niño y bueno. Tus manos me rozaron Y me diste un beso. (Los relojes llevan la misma caden…
Yo decía: “Tarde” Pero no era así. La tarde era otra cosa que ya se había marchado. (Y la luz encogía
Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde,
Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto
Mi niña se fue a la mar, a contar olas y chinas, pero se encontró, de pronto, con el río de Sevilla. Entre adelfas y campanas
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
Yo no podré quejarme si no encontré lo que buscaba. Cerca de las piedras sin jugo y lo… no veré el duelo del sol con las c… Pero me iré al primer paisaje
La noche no quiere venir para que tú no vengas ni yo pueda ir. Pero yo iré aunque un sol de alacranes me coma…