#EscritoresCubanos #Ismaelillo
Tiene el leopardo un abrigo En su monte seco y pardo: Yo tengo más que el leopardo, Porque tengo un buen amigo. Duerme, como en un juguete,
Hay un cuento muy lindo de una niña que estaba enamorada de la luna, y no la podían sacar al jardín cuando había luna en el cielo, porque le tendía los bracitos como si la quisiera coge...
Una virgen espléndida –morada de un sol de amor que por sus negr… pregunta, abraza y acaricia, versos me pide, versos de mujeres. ¡Arrullos de paloma, murmullos de…
Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Balnca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero
Cultivo una rosa blanca, En julio como en enero, Para el amigo sincero Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca
El palacio está de luto Y en el trono llora el rey, Y la reina está llorando Donde no la puedan ver: En pañuelos de holán fino
El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos
Si quieren que de este mundo Lleve una memoria grata, Llevaré, padre profundo, Tu cabellera de plata. Si quieren, por gran favor,
Hay sol bueno y mar de espumas, Y arena fina, y Pilar Quiere salir a estrenar Su sombrerito de pluma. —“Vaya la niña divina!”
Yo tengo un paje muy fiel Que me cuida y que me gruñe, Y al salir, me limpia y bruñe Mi corona de laurel. Yo tengo un paje ejemplar
Este es el número de La Edad de Oro, donde se ve lo viejo y lo nuevo del mundo, y se aprende cómo las cosas de guerra y de muerte no son tan bellas como las de trabajar: ¡a saber si el ...
Hace dos mil quinientos años era ya famoso en Grecia el poema de la Ilíada. Unos dicen que lo compuso Homero, el poeta ciego de la barba de rizos, que andaba de pueblo en pueblo cantand...
Aquí estoy, solo estoy, despedazad… Ruge el cielo; las nubes se aglome… Y aprietan, y ennegrecen, y desgaj… Los vapores del mar la roca ciñen. Sacra angustia y horror mis ojos c…
Ven, mi caballo, a que te encinche… Que no con garbo natural el coso Al sabio impulso corras de la vida… Sino que el paso de la pista apren… Y la lengua del látigo, y sumiso
Una copa con alas ¿quién la ha vis… Antes que yo? Yo ayer la ví. Subí… Con lenta majestad, como quien vie… Oleo sagrado; y a sus dilces borde… Mis regalados labios apretaba.