Te conocí a corta edad,
Me abrazabas y cargabas
Y al crecer me aconsejabas...
Cuando me fui de tu lado, te tornaste triste
y es que la vida pasa y los años no regresan...
Con el tiempo tus cabellos se tornaron grises,
pero tu corazón siempre me añoraba, tu mente me recordaba
y tu voz ya frágil me llamaba.
Hoy, veo y siento, tu extrañeza del porqué
algunas personas las cuales quisiste tanto
se alejaron, para ya no verte, para ya no escucharte, para ya no ver tus cabellos grises, y es que según ellas desean recordarte joven y rebosante, pero es fácil recordar a una persona así, pero no saben lo triste de tu sentir...
Cumpliste ya, 100 años, más lucido que cualquiera, y es que muchos ya quisieran, tener a un viejito a sí, lleno de historias, anécdotas pero con mucho amor para dar, y tanto que, aconsejar.
Hoy estas lineas son para ti, que tanto llamas y reclamas nombres, que te dieron la espalda, si supieran que tan solo con una llamada, tu corazón latiría a mil, hoy tu bastón es tu compañero, y es el que escucha tu extrañar a un par de palomas ingratas, y tu gorro de lana, el cual abriga esas canas a falta de un beso cariñoso y un abrazo abrigador.
Le pido al sol, cuando no este a tu lado, que te abrigue con su luz, por tu ventana, le pido al viento, que no sople tanto para que cual brisa, llegue suavemente a tu cama, le pido a la luna que te ilumine mientras duermes y le pido a Dios, que te acompañe siempre.