Prometo ponerme nervioso el día que nos conozcamos. Avisar a mi colega discretamente con un codazo y bromear, o mejor dicho, alardear que ya puedo descansar en paz, porque me he encontrado en otro cuerpo, mucho más suave, por supuesto. Perdóname si no me atrevo, pero es que te llevo mucho tiempo imaginando. Aún así, prometo sonreír, si te equivocas al mirarme. Entonces, ese día dejaré de escribir sobre el amor y empezaré a vivirlo.
De mi libro "Desde la azotea"