El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben. Allí quisiera tenderme

El palomar de las cartas abre su imposible vuelo desde las trémulas mesas donde se apoya el recuerdo, la gravedad de la ausencia,

Sonreír con la alegre tristeza del… Esperar. No cansarse de esperar l… Sonriamos. Doremos la luz de cada… en esta alegre y triste vanidad de… Me siento cada día más libre y más…

Abrazado a tu cuerpo como el tronc… con todas las raíces y todos los c… ¿quién me separará, me arrancará d… madre? Abrazado a tu vientre, ¿quién me l…

Todas las madres del mundo, ocultan el vientre, tiemblan, y quisieran retirarse, a virginidades ciegas, el origen solitario

Como la higuera joven de los barrancos eras. Y cuando yo pasaba sonabas en la sierra. Como la higuera joven,

Atraviesa la muerte con herrumbros… y en traje de cañón, las parameras donde cultiva el hombre raíces y e… y llueve sal, y esparce calaveras. Verdura de las eras,

Tus cartas son un vino que me trastorna y son el único alimento para mi corazón. Desde que estoy ausente

Una interior cadena de suspiros al cuello llevo crudamente echada, y en cada ojo, en cada mano, en ca… labio dos riendas fuertes como tir… Cuando a la soledad de estos retir…

Ante la vida sereno, y ante la muerte, mayor; si me matan, bueno: si vivo, mejor. No soy la flor del centeno

Alza, toro de España: levántate,… Despiértate del todo, toro de negr… que respiras la luz y rezumas la s… y concentras los mares bajo tu pie… Despiértate.

Andaluces de Jaén, aceituneros altivos, decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos? No los levantó la nada,

Sentado sobre los muertos que se han callado en dos meses, beso zapatos vacíos y empuño rabiosamente la mano del corazón

Traspasada por junio, por España y la sangre, se levanta mi lengua con clamor a llamarte. Campesino que mueres,

Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto