¿Por qué razones? ¡Dime,
ya no te visualizo como antes!
Si aún te huelo, en la superficie
esa piel, que perfumada tu gracia
de mujer... me hicieron llegar amarte.
Siento en mi corazón,
el rompimiento de esta fragilidad!
a la que me sentencias sin razón
para perderte con facilidad...
pero quiero decirte hoy...
Que muero cuando no estás.
Más sigo pensando en ti,
cosiendo los días que te conocí
aunque se me hace una eternidad
reconstruyendo está existencia ajena.
Para percibir de nuevo otra vez...
tu dulce y entrañable levedad...
Entonces, se vuelven fieramente
locos mis pensamientos;
como un dolor que se impregna
en el alma,
para calmar mis ansias de no verte
acudo a tus recuerdos, amada.
¿Por qué te fuiste sin dejar rastro,
solo un dolor como una hoguera
sin causa, tan inocente, para mí,
incomprensible ante sus llamas?
Como canciones de pájaros...
suelo escuchar tu voz dulce
en esta fría mañana mía.