Observando el reloj de la ausencia
Culpando a mi vecina la inocencia de no pagar mi cuota de paciencia
Anhelando que tu búsqueda sin clemencia asesine mi dependencia
A esta vieja silla en donde perdí la conciencia
Viajando de pie en el tren del descanso eterno
Cediendo mi lugar al momento del que provengo
Retrocediendo como el tiempo
Pretendo avanzar cual recuerdo que se llevó el viento
Rostro ensangrentado en lágrimas
Fé puesta en deseos bajo la almohada
Tu perfume me abandona cada mañana
Ladrón culpable de mis sueños ausentes en largas madrugadas
No comprendo el objetivo de esta dicha
De presenciar la libertad en primera fila
De tocar su mano fría
Búsqueda de compañía en el día a día
Impulsada por el orgullo como conductor
Alejada de la posibilidad de experimentar el rencor
Segura de la propia superación
Y dueña del acorde perfecto de esta canción
Hija viajera de letras pasión
Recita poesía en cada oración
Superando la búsqueda de su actuar en abandono
Regresa fiel compañera del rey en su trono.