#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1988 #VientosDelExilio
En este instante el mundo es apena… un vitral confuso los colores se invaden unos a otro… y las fronteras entre cosa y cosa entre tierra y cielo
Con todas las letras y con todos l… dijo mi amigo que la moral era ana… mi amigo dijo que había que ser re… después llegaron los capitanes del… hicieron el consabido acopio de sí…
¿En qué se asemejan después de tod… esas muchachas sin niebla de Amsterdam Madrid París Berna… dueñas de esas largas bien tornead… rotundas pese al frío?
Defienden las praderas la verde mar la selva las alfombras de césped las hiedras trepadoras la Amazonia humillada
Ven dulce vida / nunca es tarde salta sobre las vallas de aflicció… sobre las confidencias del escombr… sobre los odios vestidos de blanco y las coronas de crisantemos
Un tal Lázaro Vélez se incorporó en su tumba, se despojó lentamente de su sudario, abandonó el camposanto y empezó a caminar en dirección a su casa. A medida que iba siendo reconocido, ...
Llueve desaforada / deshilachadame… llueve con flechas rotas / con gor… llueve con las noticias del otro y… llueve con ojos secos tristemente llueve con mariposas y pronósticos
Tal vez se le olvidó tu santo y se… después de todo no es tan importan… no va a flamear el cielo por su au… ayúdate secúndate solázate búscate en la quimera de los otros
Ustedes cuando aman exigen bienestar una cama de cedro y un colchón especial nosotros cuando amamos
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana quiere avisarme que está ahí esper… pero me siento calmo casi diría ecuánime
De poco sirve arroparlo y menos colgarle collares y pronósticos brindarle metrallas de manga larga calzarle prejuicios de siete legua…
Jesús y yo salvadas las distancias somos dos habitantes del exilio y lo somos por cautos por ilusos algo se nos quebró en mitad del ve… y asf sobrellevamos esta pena
Quién hubiera dicho que estos poemas de otros iban a ser míos después de todo hay hombres que no…
La primera vez que los vi fue en el Paseo Marítimo. No diré que parecían dos tortolitos, porque él tendría unos treinta y cinco y ella un poco menos, pero sí que eran la imagen viva de ...