Entre los rizos de mi melena se enreda el sol, fiel confidente tuyo quien en estacionaria queda abrazada a tu sereno oleaje

Carne y sangre nos unen, imperan lazos que nutren, fuiste vida en mi ser, eres ser de mi vida. Luz que me indica el camino,

Tus ventanas se abren la claridad alumbra azueles tus ojos sonrien en la mañana. Tus manos hacia el abrazo

Blanco lecho de coral derrama su vida, en el caudal que fluye la calma, la quietud del alma

Y en el candor de tu mirada, viven mis sueños que prenden de luz cada matina. En el mar de mi impaciencia se debaten tus ausencias.

Es ese fantasma que atraviesa el a… el que ahoga los respiros hasta la… ese miedo que derrumba los castill… el vacío que llena mis calles del… que en solitaria procesión

Un, dos, tres, contaba Luisillo arrimado a la par… Cuatro, cinco, seis, se rasca, le pica la piel del pie. Siete, ocho, nueve, diez,

En la quietud del silencio visto de mirra mis dedos y de plata mi mirada, el almizcle de dos cuerpos acompañando el paseo, descendiendo por las simas, prendiéndonos de vida, resurgiendo...

Dibujé mariposas en el suelo, pero sus pasos las borraron. Me ataron a un destino ajeno, me dijeron que era sagrado. Pero mi voz sigue viva,

Cerré los ojos y vi el mar, la lenta agonía de mi ser, acunada por la sal, dormida en su regazo me quedé. Acercándome a la vida,

Al alba mis sabanas se deslizan caricias delicadas, sensuales mis curvas se regocijan tu lengua ardiente las deleita me colmo de sabores.