Un barco y un chico
Fragmento del libro "La chica salvaje"
de Delia Owens
Capitulo 6
—Tengo el poema para ti, hijo. Mi preferido: “La cremación de Sam McGee”de Robert Service. Solía leérselos a todos, era el preferido de tu madre.
–No creas que la poesía es para maricas – siguió diciendo–. Hay muchos poemas de amor muy tontos, sí, pero también los hay graciosos, y muchos sobre la naturaleza e incluso sobre la guerra. Están para hacerte sentir algo.
Su padre le había dicho muchas veces que un hombre de verdad es aquel que llora sin vergüenza, lee poesía con el corazón, siente la ópera en el alma y hace lo que haga falta para defender a una mujer.
***
Una vez en su cuarto, mientras repasaba el libro de poesía para buscar que poema leer en clase, Tate encontró un poema de Thomas Moore, que decía:
“(...) se fue al lago del lúgubre pantano
donde, toda la noche, a la luz de una luciérnaga,
remó en su blanca canoa.
Y la luz de su luciérnaga pronto veré,
y su remo pronto oiré;
larga y llena de amor nuestra vida será,
y esconderé a la doncella en un ciprés,
cuando cerca estén los pasos de la muerte.”
Las palabras le recordaron a Kya, la hermanita de Jodie. Parecía tan pequeña y sola en la gran extensión de la marisma. Imaginaba a su hermana perdida en ella.
Su padre tenía razón: los poemas te hacen sentir cosas.
