II
La vida: cauce, caudal y río.
Que no atisba final alguno, solo camino.
Que ciegos avanzamos hacia su cruel destino
como el barco llevado por un necio marino.
Camino de piedras, angosto y sombrío
Avanzas a ciegas por estrechos pasillos.
La luz anhelada, perdida en el infinito,
y ahogando tu llanto, el llanto de un niño.
Y la vida son penas, y risas vacías;
de triunfo y caidas, de recompensas perdidas.
Pero vida vivida, con pasión y alegría.
Y el camino encontrado, experiencia aprendida;
que nunca se olvida, que siempre se archiva.
Que nos hace personas, nos hace estar vivas
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