Señor, ¿por qué te alejas y te esc… El inicuo somete al afligido, el inicuo blasfema contra ti, afirma que no hay fuerza que le ju… librado del dolor y la desgracia.
Los astros tiemblan al cruzar tu s… y yo, en la entraña del temblor, suspiro en la música del aire. Enséñame el idioma de la brasa, la voz que abre los cielos.
El suicida se alegra del vacío. —Ya cayó (lo dice el ojo del transeúnte). —Tú, ¿quién eres tú? ¿de dónde vienes?
A mis súplicas fervientes presta o… y al suave musitar de mis plegaria… Escucha mis suspiros, mi clamor, y… ¡oh Rey mío y Señor mío, oh Dios!
Dase tu cabalgata desde el hombre… y el Sur y el hombre caben en tu c… Hablas y que tu voz resuena como proverbi… Se dio por puesto en foja de escri…
Oigan las aves del cielo, sepan los peces del mar que, como es tu cumpleaños, hoy vamos a celebrar. Me alegra tu cumpleaños,
Nunca tomes partido en los humanos… Nunca te manifiestes ni contra...… ¿No necesita el bosque, para ser,… ¿Y no es lo mismo arriba, abajo, a… Victimarios ni víctimas. Al juego…
¿En qué tiempo futuro, cerca o lej… volveré a pisar bajo el sol estos… Es así. No dudo. El hombre en las épocas ha sido uno, un círculo;
Te alabaré, Señor, con todo mi co… y así declararé tus maravillas. Con melodía entonaré tus himnos, ¡oh, Altísimo! Te has sentado en el trono de los…
«Yo tengo un sombrerito de Jipijapa...» (Folclore infantil iberoamericano) Cuando sea hora de irnos a casa
Juntos, dos en uno en el tiempo, el silencio y la muerte. Encima del objeto, en su debajo: el silencio y la muerte. Entre tuerca y tornillo, entre los…
Yo fundaré una ciudad para tus ojo… porque la veas en su raudo movimie… una ciudad no de un siglo, sino solar, eterna como la duración de los abrazos...
Tanto como las palabras o las emociones –o el impetuoso incendio del espíritu–, la paciencia es ente primordial en la creación trascendente: la que queda en vigencia permanente y ven...
—El reloj gobierna las cosas, este… El reloj detiene la puerta, los de… El reloj entierra lo que su esfera choca. ¡Helo! Cuatro cuadrantes...
Los emigrantes despiertan con el a… El sol los va guiando como una est… Cada quien lleva al cinto sus útil… sus azadas, mas el poeta no puede llevar su pl…