Vagamos en la inocencia
hasta saciar la piel
sombras huecas
fragmentandose en la nada
y después del adiós
queda un rostro silencioso
Luces que cruzan el cielo
conquistando una cruel verdad
un alma, dos almas
juntas a contraluz
es el fuego de los siglos
en la memoria de dios
Signos del amor
que revelan la inquietud
migajas del deseo
que nublan la razón
cuerpos sin destino
a la espera del gran movimiento
sueños contra el vacio
a la sombra del desierto
espejos rotos
que mueren al tacto
y entre la luz y la sombra
no hay respuesta
cuando habla el silencio
y no hay más que decir
se distancia el tiempo
y morimos en presagios
Luces a contrareloj
que rayan este cielo
y en caricias de cristal
vamos creando
el destino del mar
perdiendo los sentidos
en cada encuentro
solo veo en lo fugaz
la realidad de lo eterno
y es un sueño más
lenguajes del subsuelo
y no vendrán porque si
juntando piedras al azar
paisaje puro
entre miradas vacias
almas rotas
que se sostienen en la derrota
Pupilas lejanas
chocando al azar
lenguas muertas
que rescatan una voz
saber que el mundo
pudo haber sido
nuestra única forma
y sin embargo
nadie escapa de la tormenta
sin máscaras que tapen
los cuerpos de luz
profanan el espacio
y cabe en un instante la eternidad