#Mujeres #SigloXX #Uruguayos
En el hato de vacas cariblancas y mamones terneros bien nutridos, el viento aprovisiona sus mugidos, restañando su látigo en las ancas. Junto a la llama leo libro amado.
Mi alma en torno a tu alma se ha h… un nudo apretado y sombrío. Cada vuelta del lazo sobre humano se hace raíz, para afianzarse hond… y es un abrazo inacabable y largo
Bestia celeste, sol que el ojo adu… frente a mi casa de boscosa espald… laxas están las manos en mi falda y la cabeza contra el hombro inerm… Sobre el azur el toro de oro duerm…
De mi campo, a pequeñas bestezuela… en mi noche de Reyes recortadas, hierbas gustosas séanle donadas, ya que no golosinas y escarcelas. Duerma la libre de redondo ojito,
A ártico cielo y soles de Brasile… bajo palio de heridos corazones, a ociosa espuma y a fluviales sone… anda el Sagrado Corazón en lides. De católicas casas en atriles,
¡Ah, que estoy cansada! Me he reí… tanto, que a mis ojos ha asomado e… tanto, que este rictus que contrae… es un rastro extraño de mi risa lo… Tanto, que esta intensa palidez qu…
Voy a quedarme quieta, sin acento, convaleciente, con la sangre mínim… para ir viviendo, ya olvidada, ínf… huida de la risa y el lamento. Voy a vivir más pálida que el aire
Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises, yo le tengo piedad a la higuera. En mi quinta hay cien árboles bell… ciruelos redondos,
Lo quiero con la sangre, con el hu… con el ojo que mira y el aliento, con la frente que inclina el pensa… con este corazón caliente y preso, y con el sueño fatalmente obseso
Desde la curva orilla de la luna me alcanza el sueño leve y descans… Duérmese el bosque, duérmese el ve… la desdicha, el gemido y la fortun… Muere la tierna irrealidad de luna…
Sirena que en el sueño me has llam… desde tu frágil costa de neblina: en tu vaga canturia ultramarina un reclamo de abismo me ha llegado… Tal vez me tengas, de coral labrad…
¡Todo el oro del mundo parecía diluido en la tarde luminosa! Apenas un crepúsculo de rosa la copa de los árboles teñía. Un imprevisto amor, mi mano unía
Tuve la rosa, el ruiseñor, el río en que danzaban los azules peces; tuve la leche de las blancas reses en las mieladas albas del estío. Tuve el amor, la risa, el sueño mí…
Asida de una rama de neblina dialogo con mi ayer, oro y torment… La furia del clavel entre la menta enciende todavía la colina. Mientras la dulce tarde se asordin…
A dura sombra el día, a dura sombr… la noche lúcida de orquestada leng… El ruiseñor eterno no se asombra de su rumor, ni él su trino amengu… La tremenda amapola de las horas,