La culpa se va tejiendo en hilitos pequeños y finos, y crece el tejido, cómo si fuese telaraña. La araña no entiende
Viene la intuición, los recuerdos, los sentires a decirme que tal vez, este,
La complicidad se manifiesta en pequeños gestos, sonrisas, miradas, coger de la mano
Me siento en las sombras, constantemente, por eso busco siempre el sol, pero cuando voy tras de el
Quizá yo nací para el olvido, para ser silenciada, para ser ignorada,
No soy lo que hicieron de mí. Ni el corazón roto. Ni las lágrimas. Ni las heridas. Ni las cicatrices.
Este país que me roba los sueños de frente, a veces parece que me los quiere devolver pero siempre me los quita; está ciudad me ha enseñado del caos pero también de la calma, de putrefa...
En ocasiones mis acciones se sienten cómo desaciertos, mis palabras cómo fuego,
El corazón como la cosa más frágil que puede existir, se sale del pecho confundido
Nos hicieron creer toda la vida, que el que más corre, el que tiene más afán, la persona que vive su vida con mil pendientes,
Oye, ven, te cuento que yo te ví, entre los miedos ocultos qué no se dejan ver,
Quiero sentir hasta lo que me destruye, para saber a que me enfrento. Aunque curiosa y desafortunadamente soy todo el tiempo mi mayor enemigo, aquel ante el que no cedo, ni el cede a mi...
Los recuerdos llegan como una ráfaga que aunque no dura mucho parece eterna, y uno incrédulo
Para una persona que odia el mundo, conmoverse es muy fácil, ví hoy, por ejemplo, un nido de colibrí en medio del peor lugar del mundo, no digo peor porque sea feo, horrible, asqueroso,...
Ojalá por una vez deje de sentir que es difícil quererme. Sé que me compongo de silencios largos,