Loading...

Reliquia de hueso

por los niños que disfrutan siendo insensatos...

La bruma del bosque eterno engulle a niño y niña sonriendo,
se toman de la mano ante esos pinos, encinas, fresnos
y ante el tan alto laberinto irresoluble en el que nada intuyen.
La soñada meta es la falúa que descansa en el mar laguna.
Los cantos de los pájaros a los que acechan y deshuesan
les atrapan con goces indescriptibles,
sucesión de adivinanzas de sus cantos
en la inmensa y silenciosa soledad.
 
El juguete especial en sus manos atesorado,
bolsa de tul azul con cinta granate,
contiene el resumen de sus dislates
son los huesecillos más queridos
de cada pájaro que han aturdido.
 
A por todos han ido,
jilgueros, palomas, pardillos, abubillas
alondras, petirrojos, estorninos, vencejos,
tórtolas, pinzones, gorriones, chochines,
cornejas, golondrinas y algún cuervo.
Cada uno ha sido poco para lo deseado,
frágiles y ligeros huesecillos,
todos identificados y asociados
a un nombre, una historia, un recuerdo.
A todos los miran arrobados.
A todos y a uno aún más,
ese que no recuerdan de que pájaro fue arrancado
ni saben su canto, forma, tamaño, color
este huesecillo reliquia guardado con celo
es su trofeo de gran valor.
 
Nadar en la laguna al final de cada hueso revisar y recordar,
reír y jugar hasta ya no tener fuerzas para más.
Y luego mirarle a él, el huesecillo especial,
Unen sus manos para apretarle hasta casi hacerlas sangrar.
Sin otra forma de compartirlo,
de que sea de los dos.
En la bolsa se ha de quedar.
 
Es una tarde indistinguible de las demás,
aquella en la que una furia inesperada se apoderó del lugar,
todos los pájaros que en el bosque había se amotinaron
y se dirigieron a ellos sin frenar.
En la locura de niños que temen y sufren mientras ríen,
en todas direcciones saltan corriendo sin parar a respirar.
Hasta que como comenzó se apaga la volatería descontrolada.
Un instante basta para atrapar la certeza de que el juguete ha caído.
Y la bolsa se ha rasgado.
 
Sesuda tarea la de recuperar cada hueso y su recuerdo,
cada aventura, cada travesura.
Los niños se acercan sin tocarse,
acariciándose el alma con tristes sonrisas de ojos,
saben cuál es el huesecillo que ya no está.
 
No importa lo que busquen,
saben que no lo van a encontrar.
Han quedado condenados
a intentar recordar e imaginar.
 
Vacío en el pecho que no se va,
olvido de juegos que antes lo eran todo.
Crecer en un instante lo que surgió en años.
Ha bastado esto para, sin dudarlo, quedar separados.
 
Pasan los años y un sábado de añoranza
ella viaja y se acerca al laberinto
cuya altura ya no le nubla la visión.
Cierra los ojos,
encadenándolos fuerte
y con todo su corazón
escucha,
a lo lejos,
un canto nuevo
y se llena de emoción.
 
Vienen luego todos los cantos a una
le rodean los recuerdos
y la templanza se deshace.
Lágrimas de esperanza
camino nuevo en la noche,
en el bosque,
en las ramas,
se dibuja una ilusión.

Imagen de National Geographic Photography Nature.
"Cuando matas a un pájaro no solo matas a ese pájaro, también matas a sus bebés de hambre, sed y miedo. Enseñemos que cazar no es un juego". Norma Mendoza, en Facebook.

#Crear

Liked or faved by...
Other works by Grace C Chacón León...



Top