#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX #1922 #Desolación #Vida
Me toca en el relente; se sangra en los ocasos; me busca con el rayo de luna por los antros. Como a Tomás el Cristo,
Ruth moabita a espigar va a las er… aunque no tiene ni un campo mezqui… Piensa que es Dios dueño de las p… y que ella espiga en un predio div… El sol caldeo su espalda acuchilla…
Cruz que ninguno mira y que todos… la invisible y la cierta como una… dormimos sobre ti y sobre ti vivim… tus dos brazos nos mecen y tu somb… El amor nos fingió un lecho, pero…
Una canción es una herida de amor que nos abrieron las cosas. A ti, hombre basto, sólo te turba un vientre de mujer, un montón de carne de mujer. Nosotros vamos turbados, nosotros recib...
Sabiduría de Rafaela Ortega, hallazgo en la vía, copa de plata ganada en mi viaje. Se me rompe tu cara en los cien países cruzados,
Árbol hermano, que clavado por garfios pardos en el suelo, la clara frente has elevado en una intensa sed de cielo; hazme piadoso hacia la escoria
Vendrá del Dios alerta que cuenta lo fallido. Por diezmo no pagado, rehén me fue cogido. Por algún daño oscuro
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido
Cuando el tumulto se alejó, desapareció en la noche, los olivos hablaron: –Nosotros le vimos penetrar en el Huerto. —¡Todos le miramos, con una sola y estremecida mirada! —Cuando habló ...
No cantes; siempre queda a tu lengua apegado un canto: el que debió ser entrega… No beses: siempre queda, por maldición extraña,
Aún vivimos en el trance del torpe olvido y el gran silenci… entraña nuestra, rostros de bronce… rescoldo del antiguo fuego, olvidados como niños
Como que ella nada fuese por la color deslavada, quédate bajo el peral hasta que cante en su rama. —¿Y cuánto espero? ¿Hasta que
Y después de tener perdida lo mismo que un pomar la vida, —hecho ceniza, sin cuajar—, me han dado esta montaña mágica, y un río y unas tardes trágicas
—A veces, mama, te digo, que me das un miedo loco. ¿Qué es eso, di, que caminas de otra laya que nosotros y, de pronto, ni me oyes
Mi amigo me escribe: “Nos nació u… La carta esponjada me llega de aquel vagido; y yo la abro y po… el vagido caliente en mi cara. Les nació una niña con los ojos su…