Te deseo lo que no se debe desear lo que no se puede desear lo que deseo
son los cipreses las sombras de los muertos que nos vigilan
Tu gesto grave tu voz tu valentía son tu victoria
Aun resuenan terribles en mi mente las notas estridentes del olvido
cuando llegue septiembre volverán los anhelos a encontrarse respiraré de nuevo con tu risa cuando llegue septiembre los dorados destellos del ocaso
un año más las hojas en el suelo constrruyen flores partió el averno la muerte se disfraza
lluvias y vientos almas que se marcharon sin un recuerdo
te acordarás de mi cuando me vaya sonaran las campanas una tarde y en silencio te postrarás apenas un momento
el aire fresco ventila mis estancias mis recovecos al tronco seco le han salido unos brotes
ayer dormida vuelve como ave fenix la primavera Once de abril en plena primavera
Los muros que esculpieron los despiadados hijos de la ira se yerguen majestuosos sobre los imbricados berrocales lejos de allí
Ajeno a los espacios donde habito esperando impaciente tu encuentro ajeno a las mentiras de la vida esperando tu sonrisa, tu mirada ajeno a mi mismo y a tu ausencia
Miles de estrellas iluminan la noche la luna llora
El viento silba Los campos de Castilla que tanto duelen
abro la puerta y miro pasan los coches llueve