#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
En la casa blanca, muere la perdición de los hombres. Cien jacas caracolean. Sus jinetes están muertos. Bajo las estremecidas
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Detrás de las inmóviles vidrieras las muchachas juegan con sus risas… (En los pianos vacíos, arañas titiriteras.) Las muchachas hablan de sus novios
Cantan los niños En la noche quieta: ¡Arroyo claro, Fuente serena! LOS NIÑOS
La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
Aquel rubio de Albacete vino madre, y me miró ¡no lo puedo mirar yo! Aquel rubio de los trigos hijo de la verde aurora,
Los días de fiesta van sobre ruedas. El tío-vivo los trae, y los lleva. Corpus azul.
Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia
El puñal, entra en el corazón, como la reja del arado en el yermo. No.
Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas
Eran tres. (Vino el día con sus hachas.) Eran dos. (Alas rastreras de plata.) Era uno.
Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo