El diamante de una estrella Ha rayado el hondo cielo, Pájaro de luz que quiere Escapar del universo Y huye del enorme nido

¡Qué trabajo me cuesta dejarte marchar, día! Te vas lleno de mí, vuelves sin conocerme. ¡Qué trabajo me cuesta

Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia

La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban

Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles. Sus ojos en las umbrías

El diamante de una estrella Ha rayado el hondo cielo, Pájaro de luz que quiere Escapar del universo Y huye del enorme nido

Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Cuando fuiste novio mío,

Si tu madre quiere un rey, la baraja tiene cuatro: rey de oros, rey de copas, rey de espadas, rey de bastos. Corre que te pillo,

Me miré en tus ojos pensando en tu alma. Adelfa blanca. Me miré en tus ojos pensando en tu boca.