Sin afanes, menudita, con piernitas de tierna gacela llegaste a nuestras
Llano adentro, a campo abierto, pañuelito pleno de estrella, que adornan en belleza al universo. La noche en el campo,
Gabo. Pareces Venido de otro mundo. Desde los más tiernos años, en cada pedacito de la realidad se te fue revelando la magia,
Estás en la honestidad de tu palabra, en la agudeza del pensamiento, en la irreverencia de tus actos. Maestro que desata la sed
Redimida el alma. Absuelto el espíritu, encuentra la paz, que se inquiere para perdonar
Llegó muy quedito, a pasos cortitos, en silencio, y no la oí posarse desde lo más profundo de mi
Sin pudor alguno, sin remordimientos, en uso de tu “libre albedrío” lástimas, en lo más profundo
Sólo hay que dejarla fluir al soplo de la brisa más tenue, al ritmo del corazón. Allí... estarás poesía.
Todo pasa, nada es envano, nada es accidental, todo conspira en la alborada. En el momento justo en la alborda, en el límite
Pensar en toda una vida Juntos se hiso a cuesta arriba. Todo colapso en mí. Fronteras cerradas.
Luna lunita, luna de Lorca, luna de gitanos, luna, lunita mi corazón
Creí, entré a tu cuento, Puertas y ventanas de par en par; ilusiones por doquier, un jardín de amor a manos llenas.
Como estrellita fugaz del infinito universo te desee, en una noche de amor tierno. Y una florecita llegó a mi mundo y fui jardín para su belleza,
Despojado de atavíos, la piel habituada al sol, al viento, al mar, con el alma desnuda develando vas los secretos
En el tricolor de tu lenguaje, en la palabra de tus primeros años eran tus ojos “atul como gris”, Hoy tras la huella que ha dejado… ésos, tus ojitos esmeralda, que co…