Apenas te prendes de mi seno
no sé si amamanto a un hijo o me desquicia un amante;
no sé si el mundo está dando vueltas,
sí soy miserable o reina.
Cuando cierro sobre ti como una puerta trágica
tú crees que amaneció;
yo, en cambio,
descubro que estamos tentando los inflemos,
que eso que gorjea celebrándonos es un ave siniestra,
que tanta luz presagia el rayo.
Sé sordo, mudo, ciego.
Mátate esos labios en los que estoy resucitando,
córtate esas manos;
no me claves.
Sólo puedes perder lo que no tienes.