Instinto
Síguelo y no lo sueltes.
Si lo pierdes regresa a él.
Es un hilo conductor, fino,
casi invisible, pero lo
mantiene todo unido,
bajo el techo del sentido.
Cuando te alejes de él,
lo sentirás partir en tu frente,
habrá una dicotomía, confusión,
te habrás alejado del centro,
nunca es tarde para
darse cuenta de nuevo.
Es aquello que te hace felino,
te vuelve animal y menos persona,
te libera de la presión mental
y de la cadena de pensamientos,
te habla en bajito, y hay que
concentrarse para escucharlo.
Cuando los demás no lo usen,
notarán que usas el tuyo,
si lo usan, sabrán que lo estás
utilizando. Eso te vuelve apetecible,
práctico, cálido, sensible...
Te devuelve al estado animal.
Le enfermedad del ser humano
es la mente descontrolada,
las ideas vagas reptando frenéticas,
el ruido mundano en la cabeza,
el antídoto es nuestro propio silencio,
haciéndonos el amor lentamente.
