Cuando de lleno cae la noche
no es posible celebrar tu ausencia,
el viento se vuelve silencio y
el silencio me dice: Se ha ido.
¿A dónde te llevas, mi cielo estrellado?
Sabes bien que suelo andar tardío,
que mi vocación tiende
al infinito de tus labios
y que me has dejado solo.
Todas las noches llego
con destinos entre mis puños,
algunas otras tiro ancla
en el puerto de tus manos,
todas las noches que alumbraron tus ojos...
Todas las noches menos ésta noche,
y todas las noches en que piensas tú regreso
te estaré siempre perdido.
Alejandro Hiroshi