Febrero 26/2013
Esas niñas mías que tanto amé. Esa entrega incondicional y transparente,
Croa la rana, salta al oscuro charco. Mira al nenúfar.
Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.
Cuando hablamos con el corazón, la voz acaricia el silencio...
Últimamente, o quizás desde hace bastante tiempo, me imagino cosas un tanto extrañas. Por ejemplo pienso, que “al doblar una esquina” Es esa sensación de enfrentarme a lo desconocido de...
Hoy siento como nunca la partida de los que ya no están. Son esos días extraños en que nota… que nos falta todo, en que nos cue… respirar, o simplemente se impone…
Entre las nubes, cabalgo tan veloz, que aplasto al viento.
Marqué en la arena los instantes vividos con añoranza. Y fue el viento travieso quien guardó mis memorias.
¿Noche de estrellas, luciérnagas y luna? ¡Todas me alumbran!
¡Qué no te mientan...! ¡Qué no todo son rosas! Tampoco espinas.
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
¡Abrázame! y calla. No hables, solo...
Si los sueños se pudiesen escoger y la vida fuese la manifestación de ellos, no habría por qué sufrir;
La rana duerme, tranquilidad nerviosa. ¡Puede saltar!
Las cuatro décadas de tan hermosa niña, suman otoños.